Francia pone fin a su temporada en el infierno

Tras la desastrosa campaña de los bleus en el Mundial de fútbol de Sudáfrica, Francia se prepara para recibir a su selección en casa. Y las primeras reacciones tras la eliminación no hacen esperar un recibimiento cálido.
"Francia no está dispuesta a disculparlos", titulaba ayer el diario Le Parisien, en alusión a lo ocurrido en lo que califica como la "Copa de la vergüenza" en Sudáfrica 2010. "Los responsables tienen que asumir las consecuencias de este fiasco histórico", apuntaba por su parte Liberation.
Desde una perspectiva deportiva, la desastrosa actuación de Francia en la fase de grupos de Sudáfrica 2010 ni siquiera fue peor a la de la Eurocopa de hace dos años. Entonces, los bleus también se despidieron como últimos de su grupo y con un solo gol en tres partidos.
Esta vez, sin embargo, la desgracia futbolística se unió a un escándalo mayúsculo en el vestuario, con la Federación de Fútbol Francesa y el técnico, Raymond Domenech, en una trinchera, y los jugadores en la otra.
Lo ocurrido, titulares con el "hijo de puta" que Nicolas Anelka espetó a Domenech, la negativa de sus compañeros a entrenarse, un altercado saldado casi a golpes entre el capitán Patrice Evra y el preparador físico, forzó prácticamente a los políticos a intervenir.
Ayer mismo, los semanarios Paris Match y Le Nouvel Observateur daban detalles sobre el boicot del equipo a los entrenamientos. Jugadores jóvenes como Hugo Lloris, Bakary Sagna y Yoann Gourcuff, según las informaciones, se pronunciaron en el autobús del equipo contra el plantón.
Luego, veteranos como Franck Ribery, Evra, Thierry Henry y William Gallas les impidieron bajar del vehículo para ir a entrenarse.
"Hubo amenazas", contó un jugador de forma anónima a Paris Match. Y los miembros del equipo de entrenadores impidieron en el último minuto que los futbolistas se fueran a los golpes.
La revista deportiva France Football calificó las informaciones como la revelación del "primer secreto" sobre lo ocurrido.
En la capital gala, por otro lado, se confirmó incluso una reunión mañana entre el presidente, Nicolas Sarkozy, y el delantero de la selección Thierry Henry, con el objetivo de hablar de los escándalos de los bleus durante el Mundial.
Además de ese encuentro, pedido por el propio jugador, Sarkozy tiene previsto una reunión con el primer ministro, François Fillon, así como con la titular de Deportes, Roselyne Bachelot, para hablar sobre la debacle.
Bachelot ya anunció de antemano un "expediente externa" para analizar todo lo acontecido en Sudáfrica, con el fin incluso de reestructurar el deporte en el país.

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