
Los 'Gunners' se mantuvieron fieles a su estilo de cuidar el balón, siendo todo lo verticales que la muralla azul les permitía, ya que la primera parte estuvo marcada por la seriedad defensiva. El dibujo de ambas zagas se podía apreciar perfectamente. Sólo Van Persie y Nasri asistidos por Fábregas, por parte local, y Drogba por parte visitante, fueron los únicos que tuvieron pequeñas ocasiones.
En el minuto 44 el Arsenal se encontró con el regalo del gol psicológico. El camerunés Alex Song culminaba una pared dentro del área con un disparo cruzado con la pierna izquierda ante el que nada pudo hacer el portero del Chelsea Peter Cech.
En la segunda parte el Arsenal salió con todo, con un Cesc Fábregas muy activo asistiendo y moviendo por el campo a todos sus compañeros. El Chelsea en cambio, se mantenía atrás sin ningún plan para intentar remontar el partido, salvo el del contraataque de Drogba o el disparo de Lampard que volvía tras su lesión.
El buen ritmo de los locales tuvo su recompensa por partida doble. En apenas tres minutos, aprovechando la presión y recuperación del balón en el centro del campo, Walcott primero y Fábregas después ponían el 3-0 en el marcador ya en el 53.
El equipo de Ancelotti tuvo la oportunidad de meterse en el partido cuando, tan sólo tres minutos después del gol del catalán del Arsenal, Ivanovic remataba a la red un centro perfecto de Drogba. Sin embargo y a pesar de alguna contra de los 'blues', la sensación de peligro era muy débil.
El intento estéril del Chelsea, con un Lampard desaparecido, dejó paso a la firma de su renuncia al partido. El Arsenal manejaba el balón y por lo tanto el duelo, sin llegar a sufrir en ningún momento, incluso gozando de alguna posibilidad a la contra ante el juego desquiciado y sin orden de los visitantes.
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