La selección de Egipto estuvo hoy cerca de dar la campanada en la segunda jornada de la Copa Confederaciones, donde tuvo a Brasil contra las cuerdas durante la segunda parte y a punto de arañarle un empate a la vigente campeona si Kaká no hubiera convertido un penalti en el 90 para poner el 4-3.
En el primer duelo oficial entre ambas selecciones --que habían jugado cuatro amistosos en los años sesenta y siempre con victoria de la 'verdeamarela'-- el empate hubiera hecho justicia a lo visto sobre el césped, con una selección brasileña arrolladora en la primera parte, pero que se quedó sin argumentos con el 3-3 de la segunda y pudo haberlo pagado caro.
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