Un cambio milagroso. Afortunado como nunca. Dunga cambió a un defensa por otro para romper el empate frente a Suráfrica y el suplente le metió en la final de la Copa Confederaciones. El suplente era Dani Alves. Y el defensa azulgrana transformó una falta directa a tres minutos del final, cuando llevaba seis en el campo y condujo a Brasil al lugar que se esperaba: a las puertas del título, que disputará el domingo frente a Estados Unidos.
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